"Nacionalismo que atrasa"
La
existencia de los nacionalismos es uno de los rasgos primitivos que todavía
evidencia la humanidad.
Cuanto más atrás
en el tiempo se observa la historia humana, más dividida e incomunicada se
hallaban sus culturas, sociedades y pueblos, lo que se tradujo en barbarie,
violencia y desconfianza hacia todo lo extranjero. Suena natural que se quisiera defender la propia
nación con uñas y dientes, ya que banderas y estandartes simbolizaban el hogar y la
comarca donde se había nacido. Es decir, lo conocido. Y no se sabía qué esperar de lo desconocido.
El aislamiento genera atraso, es algo harto comprobado. Por contraposición, es lógico pensar que la unión entre vecinos, el intercambio, el vínculo y el diálogo fluído hace que mas evolucionada y avanzada pueda ser una ciudad, una sociedad, un país, una cultura. Eso se deriva del hecho simple de conocerse, compartir cosas y, sobretodo, amalgamar ideas, conocimientos.
Por
ejemplo, siento que se ha avanzado bastante en la actualidad a nivel provincial
o interno de los países, por lo menos así me parece con respecto a la Argentina , especialmente
al ver las nuevas generaciones mas viajeras, en contraste con las personas mayores mas reacias
a lo nuevo y al cambio. Pero poco a poco va quedando debilitada la rivalidad localista en
pos de una causa mas abarcativa, de unión o sentir nacional, lo que, aunque
sigue respondiendo a un nacionalismo geográfico limitante, no deja de ser una mejoría.
No sé
cuánto se tardará pero la humanidad, o por lo menos sus representantes mas
avanzados, irán en el futuro sintiéndose parte de un Todo común, mas allá de
nacionalismos, localismos, colores, tradiciones, idiomas etc. Para que ello prospere
será necesario que en los hogares y escuelas se busque trascender los límites
de lo meramente político y social, para fomentar el panteísmo, es decir el
sentimiento de unción con todo lo que vive y existe.
En ese
sentido, el progreso tecnológico trae buenas noticias. Los avances en cuanto a
la comunicación y en cuanto al transporte permiten que hoy podamos vincularnos
casi instantáneamente con todo el mundo, tanto a la distancia como viajando. Esto
lleva a conocer lo que no se conocía, con naturalidad y buena disposición. Y a descubrir
que hay otras realidades humanas que aunque muestren novedades y extrañezas,
tienen en el fondo las mismas causas que las propias.
Mas
conocimiento es menos ignorancia y prejuicio, menos desunión y desconfianza, y
sobretodo menos lucha de nacionalismos.
En otras
épocas, el sentir nacional pudo haber representado ideales nobles y superadores
pero hoy solo conviene a poderosos, especuladores y fanáticos.
Es hora de
trascenderlo.
German
Raffetti Bourgaud
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