Sentido de la Vida

La Adaptación como un Poder

Una cosa es adaptarse a los cambios que impone azarosamente la vida, y otra cosa es modificar deliberadamente una ubicación con plena conciencia de lo que representa para la superación que se busca.

No adaptarse es no aceptar la realidad.

Adaptarse inconscientemente es ser llevado por los vaivenes de la vida, aun aunque no se experimenten reacciones o rebeldías por ello.

Adaptarse conscientemente es modificar el modo de obrar, pensar, planificar, de manera voluntaria sabiendo que en el cambio está la mejora, que supone una superación al estado anterior.

German Raffetti Bourgaud



Posible evolución humana


Físicamente, como seres humanos somos el producto de la evolución cósmica, natural, de la vida, proveniente de las estrellas. Pero tenemos algo más, algo que nos diferencia de toda otra especie viviente conocida: la realidad espiritual.

Esa realidad entiendo que no la tuvimos siempre, que ha debido acoplarse gradualmente a los individuos más avanzados evolutivamente del ente físico humano, cuando éstos ya comenzaban a tener una incipiente conciencia, apta para empezar a utilizar de manera voluntaria los conocimientos aprendidos, y que estos conocimientos una vez internalizados, pudieran estimular conductas nuevas, superadoras de las anteriores, pasando asi a fortalecer ese incipiente haber espiritual, la propia herencia.

German Raffetti Bourgaud




Superarnos siempre


Tomar contacto con la noción de Superación aplicado a todas las cosas que uno hace en la vida, permite empezar a ubicarse y a ver la propia realidad. A observar en qué situación se encuentra para empezar a dar valor a las cosas buenas e identificar las malas, sean cuales fueren, y encontrar motivos para dejar esa realidad por una mejor, y asi indefinidamente. Ver la vida como un camino de superación debilita la vacía competitividad instintiva, que sólo pretende ser mejor que el vecino o adversario por el mero hecho de exhibir una posición de predominio.

El fútbol, por ejemplo (y cualquier otro deporte, profesión, oficio, etc.), está muy bien como uno de los aspectos de la vida que permitan concretar los logros de la Superación, tanto como campo de aprendizajes, entrenamiento, diversión, colaboración, e incluso como medio de vida, pero nunca debería pasar a ser el motivo central por el cual se vive, como si la propia existencia se fundiera con esa actividad y pasaran a ser lo mismo llevando al fanatismo. Esto, que pasa mucho lamentablemente, lleva a la ridiculez al ente humano, lo rebaja, lo idiotiza, lo lleva a ser una cosa sin valor ninguno, inútil para sí mismo y para los demás.

La acción de superarse inmuniza contra los torturantes estados de inercia e ignorancia, que asemeja al ser humano a los animales o incluso a las piedras, tal la apatía que exhiben algunos, cuyo único objetivo es estar o permanecer vivos el mayor tiempo posible.

La superación obliga a remover conceptos momificados, prejuicios, creencias, a dejar de aceptar lo absurdo, como sería por ejemplo seguir sosteniendo que la Tierra es el centro del Universo y que todo gira en torno a ella, o aceptar que un milagro pueda ser posible, etc.

Cuando el concepto de superación es aplicado a la vida íntima y particular de cada ser humano, obliga a dejar de mirar al vecino, al rival, al adversario, para ocuparse de analizar la propia realidad. Y si ya se ha logrado entrever que un cambio superador pueda ser posible, estimula la inteligencia al tener que pensar en los medios para hacer y ser mejor de lo que se hace y es.
Pero hay mas, porque si el concepto de querer superarse es a la par abrazado por otras personas, esa búsqueda promueve la unión entre ellos, ya que al alcanzar cada uno un conocimiento nuevo, que no tenía, y evidenciarlo en nuevas conductas, enseña con su ejemplo a otros a hacer lo mismo, sin imposiciones ni pretensiones.


German Raffetti Bourgaud

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