"No existen las estatuas"




Algo que me están enseñando las situaciones que toca vivir es que no existe nada estable, inmutable, permanente o inamovible. Parecería ser que no hay nada que no vaya a cambiar o a sacarme de la comodidad a la que uno se habitúa. Todo, en algún momento, va a dejar de ser como es. Y eso obliga a prever posibilidades, a prevenir situaciones, a planificar el futuro para cuando las cosas finalmente cambien.
Nada puedo asumir que vaya a quedar tal cual para toda la vida, ni yo mismo, ni mi propio cuerpo, ni mis propias opiniones, ni mis propios puntos de vista.
Esto que parece una obviedad se comprende bien cuando se lo vive, y sobretodo cuando se experimenta el momento feliz de comprobar que se tomó acertadamente la precaución necesaria para el cambio que llegó o que está al caer.

Las vivencias que tienen lugar en el ámbito laboral son una fuente permanente de imágenes y un campo experimental que me ayudan a entender la vida y su mecanismo.
Si uno está preparado e incluye el inexorable cambio como parte del futuro real, contemplando una y varias alternativas, entonces ya no sorprende cuando llega porque se lo tenía en cuenta, se lo esperaba.
Una cosa no menos sorprendente es que esta ubicación comienza a proporcionar confianza en el futuro, tranquilidad y una mayor certidumbre, aunque suene paradójico. Aceptando que las cosas no serán siempre como son, y que inevitablemente la cómoda realidad va a variar, siento que soy un poco mas sensato.

German Raffetti Bourgaud

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