"Voto Inválido"



Estamos a dias de las elecciones legislativas. Se habla de política por todos lados. Me pregunto qué voy a hacer. Por lo pronto, en principio observo.

Tengo observado que las personas que se definen por peronistas, kirchneristas, comunistas, socialistas, y todos los “istas” fanáticos que se podrían agregar, no se plantean demasiado si los dirigentes y candidatos políticos que los representan tienen algún nivel ético-moral mas o menos aceptable. Lo único que tienen en cuenta es ver si el candidato "es del palo" o no, como si eso colmara todas sus expectativas. Esta gente en general acepta todo lo que la doctrina o el líder digan, y quien no lo haga es poco menos que basura. El hecho es que ponen por delante su ideología antes que al bien común, ya que por supuesto al tener enemigos no les pueden desear el bien. Su enemigo de hoy es el presidente Macri, al que ven como rico e insensible empresario capitalista, pero sin conocer ni sus origenes ni sus anhelos. Estos prejuicios ideológicos les traban cualquier intento de objetividad.
Su memoria es por lo general corta y selectiva (conviene que sea asi), lo que hace que voten en base a lo que les haya pasado en un rango temporal que va desde la semana pasada hasta la próxima. Su vocablo preferido es “ya” por lo que todo cambio, aun siendo justo, lo quieren instantáneo.

Hay otra forma de ver las cosas, afortunadamente, que es la adoptada por quienes dicen: “no quiero delincuentes, quiero que a todos nos vaya bien, sin distinciones políticas ni ideológicas ni económicas ni sociales ni un carajo, no me caso con ningún político ni ideología y este gobierno o cualquiera va a tener que ganarse mi apoyo”. Este tipo de personas tiene una visión de la vida mas amplia, mas de conjunto, teniendo presente los años vividos y la actualidad pero muy especialmente pensando y proyectando al futuro, para que se ordenen todas las actividades productivas humanas y se asiente un mejor porvenir, mas duradero y estable. Esto, como es lógico, lleva tiempo.

Espantado de la primera opción, y esperanzado por afianzar en mí la segunda, llego al punto en que me hago las siguientes preguntas al respecto de la gente del actual Gobierno: 
Son perfectos? No.
Son el gobierno ideal? No.
Se han equivocado? Si.
Aun así han hecho algo bueno? Si.
Entonces, hay que darles más tiempo? Si.
Tienen mi voto comprado? No.
Podría decirse que por ahora son lo menos malo que conocemos? Si.
Si demuestran caer en la corrupción como los anteriores, los seguiré votando (Aunque no obstante eso a mí me esté yendo bien)? No.

Es interesante relacionar todo lo dicho con lo que dice Gonzalez Pecotche en uno de sus libros (*), describiendo la causa de ciertas conductas humanas con un neologismo, la psiqueálisis, a la que define como “la paralización de una zona mental, afectada por prejuicios dogmáticos”, que principalmente “altera la facultad de entender”. Es claro ver como la religión y la política producen está parálisis interna, llevando indefectiblemente al fanatismo.

De frente entonces a las próximas elecciones (y a todas), es necesario tratar de reflexionar por un momento en dónde se encuentra uno ubicado, si es que no se sufre de psiqueálisis, en cuyo caso no podrá reflexionar nada.
La propia libertad interna está en juego.


German Raffetti Bourgaud.

(*) “Curso de Iniciación Logosófica”, pag 58.

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