"Igualdad"
Cualquiera.
Hermosa, imponente.
La montaña
está allí, y cualquier persona puede escalarla.
A un lado,
en el valle, un pueblo. Y en el pueblo, la gente.
Nadie tiene prohibido subir a la montaña. No
hay que pedir permiso. El ascenso es libre. Nadie puede quejarse ni denunciar sentirse
discriminado porque se le niegue treparla. Es evidente la igualdad para todos
los habitantes.
En el pueblo en primer término están los que no
ven la montaña, nunca la vieron aunque la tienen delante todos los dias. Obviamente
si no la ven, no piensan en alcanzarla.
Luego están los que la ven, siempre allí, pero
como un decorado, a ellos tampoco se les mueve un pelo por ir hasta ella, menos
siquiera en llegar a su cumbre.
A continuación los que la ven, se han
preguntado cosas sobre la montaña, pero no admiten como posible que alguna vez
puedan ascender por ella. Rechazan la idea y la olvidan.
Peor que eso, siguen a este grupo los que
también rechazan la idea de subir pero les surge rencor hacia lo que suponen
(no saben bien qué o quién) les inhibe de ir hacia la montaña, aunque nadie
nunca se los haya dicho. Este grupo tiene la particularidad de dedicarse a
evitar que otros quieran subir, y si conocen alguien que ha logrado alguna
altura, hacia ellos va entonces su resquemor.
Un caso mejor ya es el de quienes sienten
curiosidad por la montaña, la ven allí, se preguntan si será posible subir y
maduran la idea sin saber si podrán llegar a la cima, pero lo quieren intentar
algún día.
Ya en el grupo de los que empiezan a dirigir
sus pasos hacia las alturas, nos encontramos con los que descubren que no era
tan fácil como suponían, que tendrían que haberse preparado para el esfuerzo:
la subida, las piedras del camino, el viento, el frío o el cansancio ponen a
cada uno sus límites.
Menos son los que sabiendo lo que les esperaba
se prepararon con tiempo, entrenaron, esperaron el momento propicio, y sin
experiencia previa se lanzaron por primera vez, llegando mas alto o mas bajo,
pero no a la cima.
Aun menor es el conjunto de los que tienen experiencia
porque lo han intentado varias veces, y siguen volviendo, y cada vez lo hacen
mejor. Ellos ya se han enamorado de la montaña y lo que ella les produce.
Hay otro grupo, mínimo ya, que casi ha pasado
por todas las instancias anteriores, pero que a fuerza de inteligencia y
corazón, logró alcanzar las mayores perspectivas, las mas altas. Para ellos la
montaña es su vida, no conciben una sin la otra.
La igualdad es una ilusión. Sólo son iguales
los que deciden quedarse abajo.
German Raffetti Bourgaud
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